Iglesia

Obispos del Ecuador llaman a caminar por la senda del respeto

Con una invitación al diálogo, al respeto por los derechos de todos y, en ese sentido, a dejar de lado la violencia para fortalecer los caminos de la reconciliación, los prelados del país enviaron un comunicado en el que ratifican su voluntad para construir de manera unificada los caminos hacia la paz.

Yamile López - Ciudad del Vaticano

Ante las difíciles circunstancias por las que atraviesa en este momento Ecuador, los Obispos de este país enviaron un mensaje en el que invitan a todos los ciudadanos a caminar por la senda de la paz y del respeto a los derechos de todos, mediante el diálogo como la vía más expedita para la solución de todas las diferencias.

En ese sentido, los Obispos citan en su comunicado al Papa Francisco que a través de su encíclica Fratelli tutti, recordaba la importancia del diálogo y la escucha, para “respetar el punto de vista del otro y admitir que pueden encerrar convicciones legítimas” (n.203). Acorde con lo anterior, piden que el diálogo sea “una verdadera política de estado, no de coyuntura sino de siempre. Esa es, en democracia, la mejor manera de cuidar el tejido social, la inclusión de todos, la legalidad y las instituciones que garantizan la vida democrática”.

El mensaje que inicia citando el Evangelio de Mateo (5,9), "Bienaventurados los que trabajan por la paz", reconoce también el derecho a la protesta pacífica de quienes han visto sus derechos quebrantados y explican: “Una protesta siempre abierta y respetuosa del otro, que abra el futuro en lugar de cerrarlo”, en la búsqueda de soluciones alejadas de la violencia que nunca será la vía para construir un país mejor.

En su comunicado convocan a las autoridades públicas, movimientos y organizaciones sociales, actores económicos y ciudadanía en general a unirse en el propósito de la paz, que “no se construye con la fuerza ni con la imposición, sino con justicia, verdad y solidaridad”. La invitación a todo el pueblo ecuatoriano es a reconocerse como hermanos y habitantes de un mismo territorio donde se respeta la vida, la libertad y los derechos de todos, para construir desde un ambiente reconciliador, una nación equitativa que garantiza el desarrollo en justicia y equidad.

Al finalizar, los prelados recuerdan su compromiso de acompañar al pueblo de Dios, para cimentar, con su acción y sus palabras, los puentes que faciliten la reconciliación y el diálogo, asegurando un futuro de progreso para todos.

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