Esperanza en la carretera: solidaridad sin límites en Cebú

A pesar del tráfico paralizado y las constantes réplicas del sismo, miles de voluntarios en Cebú se movilizan hacia el norte de la isla con donaciones y alimentos. Lo que algunos ven como caos, otros lo reconocen como una viva expresión del espíritu filipino de solidaridad y esperanza.

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

Una densa congestión vehicular marca la jornada en Cebú, Filipinas, mientras miles de personas se dirigen hacia las zonas más afectadas por el reciente terremoto del martes 30 de septiembre de 2025 para llevar ayuda y consuelo, al que han sucedido diversas réplicas.

Aunque muchos ciudadanos se mostraron frustrados por la falta de coordinación, otros prefirieron ver más allá del desorden. Para ellos, la escena era un reflejo del bayanihan, ese espíritu de unidad y cooperación que define al pueblo filipino.

“Depende de cómo se mire”, comentó Carmelle Estenzo, comunicadora de la Arquidiócesis de Cebú. “Algunos se quejan de la desorganización, pero nosotros vemos el espíritu del bayanihan brillando con fuerza”.

El término bayanihan proviene de bayan, que significa “pueblo” o “comunidad”, y evoca la tradición de trabajar juntos para superar las dificultades. Ese espíritu se hizo tangible una vez más: miles de voluntarios colaboraron en la preparación y distribución de paquetes de ayuda, sin dejarse intimidar por las réplicas del sismo.

“Todos somos víctimas, pero aun así la gente sale de sus casas para ayudar. Así sobrevivimos y, lo más importante, así seguimos viviendo”, añadió Estenzo.

Seminaristas de Cebú, Filipinas, asisten en el acopio de ayuda para los afectados. (@Arquidiócesis de Cebú)
Seminaristas de Cebú, Filipinas, asisten en el acopio de ayuda para los afectados. (@Arquidiócesis de Cebú)

La Iglesia católica en Cebú ha redoblado sus esfuerzos para acompañar a los damnificados. Seminarios, sacerdotes y laicos trabajan codo a codo en la organización de víveres, medicinas y suministros esenciales. Varias parroquias han habilitado centros de acopio y coordinación, demostrando un compromiso constante para asegurar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan.

Entre largas filas de vehículos y rostros cansados, la esperanza avanza sobre ruedas. Como resumió Carmelle con una sonrisa:
“Somos peregrinos de la esperanza… en la carretera”.

En medio de este esfuerzo solidario, un grupo de estudiantes cebuano también ha puesto la tecnología al servicio de la comunidad. Han desarrollado una aplicación web que conecta a las víctimas del terremoto con donantes, rescatistas y unidades del gobierno local encargadas de brindar ayuda. 


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04 octubre 2025, 14:00