El Fasher en manos de los paramilitares: ejecuciones sumarias
Roberta Barbi – Ciudad del Vaticano
El Fasher ha caído y, por razones de seguridad, el ejército se ha retirado de la ciudad hacia zonas seguras: con estas pocas palabras, anoche el presidente del Consejo Soberano, Abdel Fattah Al Burhan, confirmó la toma de la capital de Darfur del Norte por parte de los paramilitares, el último bastión de libertad caído junto con Bara, en Kordofán del Norte.
“Los criminales – dijo Al Burhan – serán considerados responsables. Sudán resurgirá gracias a la fuerza de su pueblo y a la unidad de sus tropas”.
Un asedio de más de un año
Desde el año pasado, El Fasher estaba sitiada por las Fuerzas paramilitares de apoyo rápido (RSF), dirigidas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, acusadas de utilizar mercenarios procedentes de Sudán del Sur y de Colombia armados con drones y artillería pesada. Las milicias habrían saqueado todos los hospitales, provocando el colapso del sistema sanitario: la denuncia de la Red de médicos sudaneses fue confirmada por Médicos Sin Fronteras, que opera en Tawila, a unos sesenta kilómetros al suroeste.
Alerta de las Naciones Unidas
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos lanza una advertencia sobre el riesgo de hambruna en el país, pero sobre todo sobre el peligro de ejecuciones sumarias por motivos étnicos, que ya se estarían produciendo en la zona, donde por el momento es imposible calcular el número de víctimas civiles.
“Recuerdo a los combatientes de las RSF sus obligaciones en virtud del derecho internacional – declaró el Alto Comisionado Volker Türk – y que garantizar la protección de los civiles y el paso de suministros esenciales y de la asistencia humanitaria, es algo que hace apenas unos días se comprometieron públicamente a respetar”.
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