Cardenal Castillo pide construir paz y liberar el corazón del ídolo del dinero
Vatican News
En la homilía del XXV Domingo del Tiempo Ordinario, el arzobispo de Lima, Cardenal Carlos Castillo, invitó a las comunidades religiosas del Perú a unir fuerzas frente a lo que llamó “el dios dinero”, un ídolo que concentra poder, divide a los pueblos y destruye la dignidad humana.
Una advertencia contra la ambición desmedida
Inspirado en el evangelio de Lucas (16, 1-13), que narra la parábola del administrador astuto, el Cardenal explicó que incluso quienes han cometido errores tienen la posibilidad de cambiar el rumbo de sus vidas. “El Señor nos enseña que hasta de un administrador egoísta se puede rescatar una chispa de apertura hacia el bien”, señaló.
Advirtió que hoy la humanidad enfrenta una crisis profunda: “Muy pocos acumulan riquezas inmensas valiéndose del poder tecnológico, mientras millones de personas sufren las consecuencias en guerras, injusticias y explotación”.
La paz como tarea compartida
El prelado subrayó en su homilía que las religiones tienen un papel esencial en el camino hacia la paz. “No se trata de imponer una fe, sino de despertar en todos la conciencia de que la vida es un don y de que hemos sido creados para servir, no para dominar”, expresó durante el Encuentro Interconfesional de Oración por la Vida y la Paz, realizado en Lima.
En este espacio, representantes de diversas comunidades elevaron plegarias por las víctimas de los conflictos en Gaza, Ucrania y Sudán. El arzobispo recordó que “la paz verdadera no es la de los cementerios, sino la que se construye día a día con diálogo, acuerdos y esperanza compartida”.
Renunciar al poder del dinero
El Cardenal insistió en que la ambición y el dinero, cuando se convierten en absolutos, encierran a la persona en sí misma. Por ello, exhortó a “despedirnos definitivamente de esos ídolos que dividen y destruyen”.
En sus palabras, también evocó la promesa de Dios a Abraham: “Sé tú una bendición”. Según Castillo, esta debe ser la brújula que guíe a las iglesias y a toda la humanidad en el camino hacia el servicio y la fraternidad.
Compromiso ecuménico
Ante los movimientos laicales y hermandades presentes, el Primado del Perú reiteró la urgencia de sumar esfuerzos: “Debemos inventar juntos maneras de transmitir la fuerza vital de la paz. La misión es comprendernos, comprometernos y avanzar, aunque sea con pequeños pasos, para que la paz se expanda”.
La celebración dominical concluyó con un llamado firme: dejar atrás la ambición desmedida y trabajar como verdaderos agentes de paz, capaces de poner la vida humana por encima del dinero y la violencia.
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