Romanelli: recemos para que este sea el camino hacia la paz y la justicia

Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano

La respuesta que Hamás ha dado al plan del presidente Trump es una señal de esperanza que, aunque deba tomarse con cautela, podría ser realmente el inicio del fin de esta terrible guerra. El padre Gabriel Romanelli, desde la única parroquia católica de la Franja de Gaza, en la ciudad de Gaza, comenta las últimas noticias en el frente diplomático mientras las bombas seguían cayendo “incluso ayer, 4 de octubre, y con el ejército israelí repitiendo que el área al norte del valle de Gaza sigue siendo extremadamente peligrosa”.

Todos repiten: Inshallah

Reunidos en torno al sacerdote para seguir los últimos anuncios, están los 450 refugiados que viven en la parroquia de la Sagrada Familia. “Todos repiten Inshallah, si Dios quiere. Nuestra esperanza es que todos respeten esta voluntad, por el bien de una población agotada, con más de 66 mil muertos confirmados —muchos aún bajo los escombros— y más de 165 mil heridos”.

El ambiente en la parroquia se siente algo más sereno, pese a que ayer las bombas impactaron casas de cristianos a solo 200 o 300 metros del templo, alcanzando la zona con metralla. Frente a la gravedad extrema de la situación —por la falta de alimentos, agua, medicinas y atención médica— surge la esperanza de un avance hacia la paz, aunque con la conciencia de que “sería ilusorio pensar que todos los problemas quedarán resueltos”.

La esperanza de un futuro digno

Romanelli mira hacia el período posterior a la guerra y no oculta su preocupación. “Será terrible, porque así sucede en todas las guerras”, admite. Sin embargo, persiste la firme voluntad de creer que se está realmente ante el final del conflicto y el comienzo de un futuro más digno “para estos seres humanos que viven aquí, en Palestina”.

El testimonio de san Francisco

La invocación de Romanelli se dirige a san Francisco de Asís, cuya fiesta litúrgica se celebró ayer, a quien recuerda como “el que tanto hizo, junto con sus hijos espirituales, por Tierra Santa, por la verdadera pacificación de esta tierra, dando testimonio de la fe católica”. El sacerdote pide que el santo “sostenga el camino de paz y justicia para el pueblo palestino y para todos los que viven aquí”.