Por primera vez, una mujer al frente de la Iglesia de Inglaterra
Giovanni Zavatta – Ciudad del Vaticano
Por primera vez en la historia, una mujer dirigirá la Iglesia de Inglaterra y, en consecuencia, la Comunión Anglicana, con sus aproximadamente 85 millones de fieles. Tras un largo proceso de consulta pública y discernimiento, la Comisión de Nominaciones de la Corona eligió a Sarah Mullally, actual obispa de Londres, como la 106.ª Arzobispa de Canterbury. Su Majestad el Rey Carlos III aprobó la nominación, según anunció hoy, 3 de octubre, Downing Street.
Sustituye a Justin Welby, quien renunció en noviembre de 2024. “Al responder al llamado de Cristo a este nuevo ministerio, lo hago con el mismo espíritu de servicio a Dios y a los demás que me ha motivado desde que comencé a creer siendo adolescente”, declaró Mullally, agregando que “en cada etapa de este camino, a través de mi carrera como enfermera y mi ministerio cristiano, he aprendido a escuchar profundamente a las personas y los consejos de Dios, buscando unirlas para que encuentren esperanza y sanación”.
Sarah Mullally —que será oficialmente instalada durante una ceremonia en la Catedral de Canterbury el 25 de marzo de 2026— nació en Woking, condado de Surrey, en 1962. Se convirtió al cristianismo a los 16 años. Antes de ser ordenada (en 2001), trabajó como enfermera, desempeñando roles de responsabilidad y recibiendo reconocimientos dentro del Servicio Nacional de Salud. En 2015 asumió el cargo de obispa sufragáneo de Crediton, en la diócesis de Exeter, y en 2018 se convirtió en obispa de Londres. Entre 2020 y 2023 lideró el proceso de discernimiento interno de la Iglesia de Inglaterra, Living in Love and Faith. Está casada con un arquitecto y es madre de dos hijos.
En una carta enviada a Mullally, el cardenal prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Kurt Koch, expresó sus felicitaciones “mientras se prepara para asumir este importante servicio”, y destacó que la Iglesia católica y la Comunión Anglicana “han participado en un diálogo teológico oficial durante casi sesenta años, tiempo durante el cual hemos crecido mucho en la comprensión mutua. Esta labor de búsqueda de una comunión más profunda ha sido sostenida por la cercanía entre los pastores de nuestras dos comunidades”, como ocurrió tras la muerte del Papa Francisco, “cuando muchos obispos de la Comunión Anglicana asistieron a las exequias. Es mi ferviente esperanza que una cercanía similar pueda continuar en los años venideros, mientras seguimos ‘caminando juntos por el mismo camino’”.
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