Turquía, padre Barbini: El Papa en nuestro mosaico de antiguas comunidades cristianas
Debora Donnini – Ciudad del Vaticano
La comunidad católica en Turquía está profundamente ansiosa por la llegada de León XIV, quien está a punto de emprender su primer viaje apostólico. Personas de diversas ciudades del país, incluida Esmirna, han acudido en masa para reunirse y orar con él. El padre Igor Barbini, superior de la pequeña comunidad dominicana de la ciudad y párroco de la iglesia del Santo Rosario, habló sobre ello en una entrevista con medios del Vaticano. Barbini atiende a una comunidad de unas 250 familias y recibe la asistencia regular de un centenar de personas. En 2017, sus superiores lo enviaron en misión aquí y, compartiendo la experiencia del Camino Neocatecumenal, dirigió una misión ad gentes con dos familias, a petición del entonces arzobispo de Esmirna, monseñor Lorenzo Piretto.
La Iglesia del Santo Rosario en Esmirna se encuentra en uno de los barrios más occidentales y multiculturales de la ciudad. En la parroquia, el padre Barbini supervisa la formación de niños y jóvenes con catequesis de iniciación cristiana como preparación para los sacramentos. Con la ayuda de las familias en misión, también imparte catequesis para adultos y cursos para parejas de novios que se preparan para el sacramento del matrimonio. Ocasionalmente, también acompaña a grupos de peregrinos que visitan las "Iglesias del Apocalipsis", especialmente la Casa de la Virgen María en Éfeso.
La emoción de conocer al Sucesor de Pedro
"La parroquia del Santo Rosario", explica el padre dominico, "se ha convertido con los años en un punto de referencia para la comunidad levantina, formada por cristianos europeos que se establecieron inicialmente en esta nación por motivos comerciales y que han mantenido viva la llama de la fe cristiana heredada de las primeras comunidades cristianas que surgieron aquí en Asia Menor". También es frecuentada por extranjeros, principalmente italianos que residen allí por trabajo o estudios, pero también por personas de habla francesa e hispana.
"En los últimos tiempos, la emoción por la llegada del Papa León XIV a nuestra tierra se ha sentido con fuerza", dice el padre Barbini. "Llevamos muchas semanas preparándonos con oración diaria, con el objetivo de apoyar al Santo Padre en este viaje y en todos los encuentros ecuménicos e interreligiosos que celebrará. Mi parroquia ha respondido con gran interés a una pequeña peregrinación que realizaremos" para participar en la Eucaristía con el Papa el sábado. Luego, el domingo, el grupo parroquial visitará las ruinas de Nicea, actual Iznik, donde tuvo lugar el Concilio Ecuménico en el año 325, y adonde viajará el Papa el viernes 28 de diciembre.
Unidad en la diversidad
Refiriéndose a la Carta Apostólica "In Unitate Fidei", el padre Barbini recuerda que "Nicea es también un lugar simbólico de comunión: fue un concilio ecuménico y, por lo tanto, verdaderamente universal, y en una época como la nuestra, marcada por tantas polarizaciones y divisiones, Nicea nos recuerda que la verdad de la fe nunca puede separarse de la unidad de la Iglesia". Turquía es verdaderamente "un mosaico de antiguas comunidades cristianas como las Iglesias orientales, tanto católicas como ortodoxas, y todo este panorama, esta pluriformidad de la Iglesia, nos recuerda la belleza de la diversidad, que no debemos temer, pero que es verdaderamente una riqueza". El padre Barbini también recuerda la Vigilia de Pentecostés con Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades, en la que León XIV enfatizó la importancia de "mantener vivo el celo misionero y habló de esta unidad en la diversidad". "Estas son palabras que hemos recibido y que nos ayudan a comenzar siempre de nuevo", enfatiza el sacerdote, basándose en su experiencia en esta tierra.
Cabe recordar también que Esmirna tiene profundas raíces en el cristianismo. Es una de las siete iglesias mencionadas por San Juan en el Apocalipsis. «Estamos a unos setenta kilómetros de Éfeso y de la casa donde vivió la Virgen María, custodiada por San Juan, a quien Jesús la confió al morir en la cruz. Esmirna es la Iglesia cuyo primer obispo fue San Policarpo, discípulo de San Juan y cristiano del primer siglo. La devoción a San Policarpo se mantiene firme en la diversa comunidad cristiana de Esmirna, que lo recuerda por su fe intrépida y la ofrenda de su vida en el martirio para salvaguardar su identidad cristiana y su relación con Jesucristo, que lo acompañó a lo largo de su vida».
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