Paraguay. Cabello: El compromiso con la salud integral como derecho humano

Alvaro Vargas Martino - Ciudad del Vaticano

“La sociedad debe hacerse cargo de sus miembros enfermos. La atención de la salud es un derecho constitucional, una necesidad básica y un deber de todos”, recalcó Monseñor Miguel Ángel Cabello en su homilía en el Santuario de Caacupé, en el marco del Novenario 2025, bajo el lema “Denles ustedes mismos de comer”.

El prelado exhortó a renovar el compromiso nacional con la salud integral, entendida como un derecho humano, una responsabilidad social y un pilar del bien común, y subrayó la importancia de asegurar a todos los ciudadanos un acceso digno a la salud, recordando que Jesús siempre dio prioridad a la atención de los enfermos. El obispo también dedicó un emotivo reconocimiento a las familias que acompañan a sus seres queridos en el sufrimiento y resaltó la labor silenciosa de médicos, enfermeros y trabajadores de salud, destaca la Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Paraguaya. “Son héroes anónimos que salvan vidas. Les agradecemos por su servicio. No se cansen de servir con amor”, les dijo.

Por otra parte, monseñor Cabello lamentó la persistente precariedad en el sistema sanitario público, la falta de insumos básicos, la insuficiente inversión estatal y los casos de corrupción que afectan a la atención médica. “Negociar y enriquecerse, aprovechándose de la necesidad de la gente no sólo es injusto, sino cruel, criminal, abominable”, señaló, exhortando a las autoridades a priorizar la salud pública como responsabilidad primaria del Estado.

El obispo recordó que el concepto de salud integral abarca todas las dimensiones de la persona: física, psicológica, espiritual y social. En este sentido, expresó su preocupación por el aumento de enfermedades mentales y la falta de centros especializados y profesionales capacitados en el país, y advirtió sobre los riesgos que generan las contaminaciones ambientales, especialmente el uso indiscriminado de agroquímicos como el glifosato, y la explotación minera sin controles adecuados. “Si queremos salud personal y familiar, debemos comenzar promoviendo un ambiente sano”, enfatizó el prelado, quien subrayó que la salud espiritual es el fundamento de toda sanación, recordando que muchas dolencias nacen de heridas interiores, como la falta de perdón, el rencor, el odio o la tristeza profunda, e invitó a los fieles a acudir a Jesús como fuente de plenitud y consuelo.

“Sólo Él nos dará la salud más plena que necesita el hombre”, recalcó monseñor Cabello, quien encomendó a la intercesión de la Virgen de Caacupé a todos los enfermos del país, tanto en hospitales como en sus hogares, y pidió por un Paraguay donde la salud no sea un privilegio sino una garantía para todos. “No permitamos que nuestros ciudadanos sigan mendigando atención médica en otros países. Podemos y debemos dar respuesta desde nuestro Estado paraguayo”, concluyó.