Gaza en ruinas: indispensable desafío de la ayuda humanitaria

Cecilia Seppia y Francesco De Remigis – Ciudad del Vaticano

En Gaza, algunos comedores comunitarios han reanudado la preparación y distribución de pan y comidas, y los mercados han recuperado alimentos que no se veían en dos años. Sin embargo, la hambruna está lejos de evitarse, al igual que las epidemias, especialmente de cólera, debido a la falta de agua potable y saneamiento. Esto se debe a que las incursiones israelíes destruyeron los sistemas de agua y electricidad.

El número de camiones con ayuda humanitaria que entran en la Franja sigue siendo muy inferior al acordado. Muchas ONG, que se vieron obligadas a abandonar Gaza en septiembre por razones de seguridad, retirando a sus equipos, han vuelto al trabajo, lo que está ayudando, al menos parcialmente, a brindar alivio a una población civil agotada.

Entre ellas se encuentra WeWorld, presente en la zona desde hace más de treinta años y capaz de mantener intervenciones en múltiples sectores.

La difícil experiencia de las personas desplazadas

“Seguimos trabajando en la emergencia”, declaró Giovanna Fotia, directora de la organización en Palestina, a los medios del Vaticano, denunciando las enormes penurias y el drama diario de la población de Gaza, obligada a desplazarse constantemente, especialmente bajo las bombas y el fuego de las FDI.

“Casi toda la población – alrededor del 96% – dijo, ha sido desplazada al menos una vez desde 2023, incluyendo a nuestro personal y operadores”. 

“También realizamos un documental, Everyday in Gaza (Todos los días en Gaza) que sigue a una familia entera durante meses. Lo que se desprende de las imágenes es el sufrimiento de tener que empezar de cero cada tres o cuatro semanas, de no poder llevar tus propias cosas y de tener que luchar cada vez para encontrar los artículos básicos del hogar – comida, ollas, sartenes, utensilios varios, para dormir –y luego averiguar dónde conseguir comida para los hijos”.

Gaza carece de agua, alimentos y medicinas

Además de las hostilidades y las diversas formas de violencia que esta frágil tregua no ha logrado detener, continúan los movimientos masivos de población. Según la OCHA, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, cientos de miles de personas han vuelto a ser desplazadas desde el alto el fuego, muchas de las cuales intentan regresar al norte, a zonas que siguen siendo en gran medida inhabitables.

La mayoría de las familias desplazadas viven en refugios improvisados ​​o dañados, con acceso limitado a agua, saneamiento y electricidad. Aunque algunos mercados han reabierto en la zona central de Khan Younis, los precios de los productos básicos siguen siendo varios cientos de puntos porcentuales más altos que durante el alto el fuego de febrero.

La disponibilidad de alimentos, combustible y productos de higiene sigue siendo muy limitada, y algunas categorías, como los artículos para bebés, son casi inaccesibles. UNICEF informa que el 55% de las familias se han quedado sin alimentos para sus hijos durante la última semana, y la desnutrición infantil y la inseguridad alimentaria están empeorando.

El 18% de las familias informaron que sus hijos pasaron un día entero sin comer. WeWorld también intenta brindar a los niños una sensación de normalidad, organizando actividades recreativas y educativas en grandes tiendas de campaña o edificios prefabricados. Incluso sostener un lápiz y papel es algo excepcional para un niño en Gaza.

El alto el fuego ha permitido la llegada de ayuda muy necesaria en mayores cantidades, pero esto no se ha traducido en una estabilidad real. La incertidumbre, sumada a los persistentes obstáculos de acceso y coordinación, sigue obstaculizando la expansión de la asistencia vital.

"En los últimos días – continúa Fotia – algunas panaderías han reabierto gracias a la llegada de harina, lo que significa que podemos volver a producir pan. Significa que la gente todavía puede salir de sus casas, siempre que tenga un lugar donde quedarse, e ir a comprar pan. Es un gesto sencillo, pero que no fue posible durante muchos meses".

Actualmente, sólo están abiertos los cruces de Kerem Shalom y Kissufim entre Israel y el sur de la Franja de Gaza. Sin embargo, para garantizar el acceso de todos los convoyes y la ayuda humanitaria gestionada por las Naciones Unidas, sería necesario reabrir todos los cruces principales, especialmente el de Rafah, en la frontera con Egipto, que se espera que Israel abra en las próximas horas.

Temor por la llegada del invierno

"Estamos intentando reorganizar nuestros servicios, especialmente en el norte de la Franja de Gaza", explica la directora de WeWorld Palestina. Este fin de semana, realizamos evaluaciones en el norte para determinar las necesidades y los tipos de servicios que se prestarán. La realidad es que es más complejo operar aquí, no solo para nosotros, sino para todas las ONG, porque muchas de las autorizaciones que solicitamos son denegadas.

Por otra parte, más allá de alimentos y medicinas, hemos visto una escasez de materiales y herramientas para hacer frente al frío. Los inviernos aquí son bastante duros, y la mayoría de la gente en la Franja vive en refugios improvisados. Hablamos de tiendas de campaña, que ciertamente no son adecuadas para las temperaturas invernales. Por lo tanto, es necesario traer mantas, ropa de abrigo y todos los demás materiales que puedan ayudar a soportar las gélidas temperaturas en grandes cantidades. Luego, también sería necesario empezar a traer materiales de construcción.

Lamentablemente, estos están en las listas de materiales definidos como de "doble uso" (es decir, civiles y militares), pero en realidad, también incluyen cemento y ladrillos, artículos muy básicos, pero esenciales para iniciar pequeños proyectos de reconstrucción.

Los escombros de la ciudad de Gaza

El jefe humanitario de las Naciones Unidas, Tom Fletcher, considera que garantizar la entrega de ayuda de emergencia a la Franja de Gaza, devastada por dos años de guerra, es un "inmenso desafío". Durante su visita a la ciudad de Gaza, Fletcher describió haber encontrado un "paisaje de escombros".

El alto funcionario de la OCHA anunció un plan de 60 días para intensificar la distribución de alimentos, proporcionar un millón de comidas al día, reconstruir el sistema de salud y lograr que cientos de miles de niños regresen a la escuela. Fletcher, quien llegó a la Franja ayer, enfatizó que este enorme esfuerzo es un deber de todos los gazatíes. Su visita se produce mientras continúan las operaciones de búsqueda de cuerpos bajo los escombros y el intercambio de cuerpos previsto en el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás.