Filipinas, más muertes y destrucción por el supertifón Fung-wong

Federico Piana - Ciudad del Vaticano

Calles bloqueadas por escombros, techos arrancados de las casas como si fueran pajillas, provincias enteras sin electricidad durante varias horas. Fung-wong, que anoche azotó la parte noroeste de Filipinas, no es un tifón normal: los expertos lo han calificado de “super” porque superó con creces la potencia del tifón de la semana pasada, llamado Kalmaegi, que solo en las zonas centrales de la nación había provocado más de 200 muertes y daños significativos.

Primer balance

Por el momento, el balance de víctimas de Fung-wong indica al menos 8 fallecidos, entre ellos tres niños arrastrados por un alud de lodo. También preocupa el número de desplazados obligados a abandonar sus hogares para ponerse a salvo: serían al menos 1,4 millones, según los datos de las autoridades, aunque la cifra podría aumentar. La evacuación preventiva es un punto esencial del programa de mitigación de los efectos de los tifones que las autoridades filipinas han tenido que aprender a aplicar debido a la frecuencia con la que estos fenómenos climáticos extremos devastan el país.

Socorros inmediatos

“El coordinamiento de los socorros entre el gobierno nacional y los locales es muy eficaz”, informó el padre Carmelo Caluag, director ejecutivo de Caritas Filipinas, quien explicó que, nuevamente, la organización eclesial que dirige se ha movilizado para ayudar, poniendo todos los recursos disponibles en cada diócesis del país. “Nuestro problema más grave ahora son las inundaciones, porque siempre existe el riesgo de marejadas. En este caso, también estamos monitoreando los deslizamientos de tierra en las zonas rurales, quizás las más afectadas”.

Magnitud aterradora

El supertifón, de la aterradora amplitud de 1.800 kilómetros, antes de perder fuerza y dirigirse hacia el Mar de China, afectó también a una zona densamente poblada: la gran isla de Luzón. “Aquí también —dijo el padre Caluag— nos estamos coordinando con nuestros directores locales para intentar llevar ayuda. Estamos constantemente actualizados”.

Pueblos inundados

Las lluvias torrenciales, según una primera reconstrucción de la Protección Civil, habrían inundado más de 130 pueblos del norte: en uno de ellos, numerosas personas se refugiaron en los techos para escapar de la furia del agua. “Aunque el tifón ya pasó, sus lluvias siguen representando un peligro en algunas áreas de Luzón, incluida el área metropolitana de la capital, Manila”, dijo Bernardo Rafaelito Alejandro, uno de los responsables de la Protección Civil, respondiendo a preguntas de periodistas.

Escuelas y oficinas cerradas

Tras declarar el estado de emergencia, el gobierno ordenó el cierre de escuelas y oficinas públicas hasta mañana, mientras que hasta ahora se han cancelado 325 vuelos nacionales y 61 internacionales. También hay dificultades en los puertos, donde muchos barcos permanecen amarrados debido al mar agitado.

Trágica ciclicidad

Fung-wong es el vigésimo primer tifón que golpea la nación desde el inicio del año, pero la población y el sistema de socorro también se habían visto duramente afectados por el terremoto del 1 de octubre pasado, que causó más de setenta muertes y más de 20.000 desplazados. Debido a la presencia de 12 volcanes activos, Filipinas es la nación con mayor riesgo de desastres del mundo. Por eso, el gobierno sigue con atención los trabajos de la COP30 sobre clima, que se inauguran hoy en Brasil y cuyo objetivo es encontrar políticas efectivas para contrarrestar los efectos del cambio climático.