Tailandia-Camboya, 500.000 personas evacuadas en la frontera
Guglielmo Gallone - Ciudad del Vaticano
Aumenta el balance de víctimas de la dramática escalada en la frontera entre Tailandia y Camboya: en las últimas 24 horas se han registrado al menos 13 muertos y más de 100 heridos, mientras que más de medio millón de civiles se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Un éxodo sin fin
En Camboya se han registrado nueve víctimas - siete civiles y dos militares - y 46 heridos, y 127.133 personas han sido evacuadas en cinco provincias, según el ministro de Información, Neth Pheaktra. En Tailandia, el ejército confirmó la muerte de otro soldado en los ataques procedentes de Camboya, lo que eleva a cuatro el número total de militares muertos. Hay al menos 68 heridos y más de 400.000 desplazados. Las operaciones militares también han afectado gravemente a los servicios esenciales. Las autoridades de Bangkok han dispuesto el cierre de 10 hospitales, 180 centros de salud comunitarios y 1.168 escuelas a lo largo de los más de 800 kilómetros de frontera. Tailandia acusa a Phnom Penh de haber lanzado decenas de cohetes y drones contra zonas residenciales, incluso cerca de escuelas y hospitales. Camboya, por su parte, ha denunciado el uso de gases tóxicos por parte de la fuerza aérea tailandesa.
Las raíces del conflicto
Si bien la rivalidad entre Bangkok y Phnom Penh tiene su origen en la historia - en concreto, cuando Francia colonizó Camboya y en 1907 trazó las fronteras con la Indochina francesa y Siam sin delimitar algunas zonas montañosas -, hoy en día la gestión de estas áreas tiene un significado cultural, identitario y estratégico, sobre todo en relación con la cordillera de Dângrêk, en la frontera entre la provincia camboyana de Oddar Meanchey y la tailandesa de Surin, cubierta de bosques, donde se encuentra el histórico templo de Ta Moan Thom, reclamado por Camboya como símbolo del legado arquitectónico y espiritual del imperio jemer, pero que hoy en día está controlado militarmente por Tailandia. Una suerte similar corre Chong Bok, en el distrito de Buntharik, en la frontera entre Camboya, Laos y Tailandia, que, debido a la espesa selva y a la falta de una demarcación física clara, es atravesado por contrabandistas, grupos armados y bandas informáticas. Precisamente cerca del templo de Ta Moan Thom, en la “colina 496”, el pasado 28 de mayo se produjo un enfrentamiento armado entre los dos ejércitos en el que murió el sargento camboyano Suan Roan, lo que dio lugar al reciente conflicto entre los dos países.
Nuevos intentos de mediación de Estados Unidos
El recrudecimiento de la violencia marca el fracaso de la tregua alcanzada el pasado 26 de octubre, tras los cinco días de combates que en julio provocaron 43 muertos y alrededor de 300.000 desplazados. El acuerdo se firmó bajo los auspicios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la mediación de China y Malasia, y preveía la reducción de tropas, el despliegue de observadores y la aceleración de las operaciones de desminado. Ahora, sin embargo, los enfrentamientos se han extendido a nuevas zonas a lo largo de la línea fronteriza, de más de 800 kilómetros de longitud y objeto de disputa desde hace décadas, también por la presencia de templos históricos. Ambas partes se acusan mutuamente de haber reavivado las hostilidades. El exlíder camboyano Hun Sen declaró que Phnom Penh habría respondido a una provocación tailandesa. En el frente diplomático, desde Washington, Trump anunció su intención de intervenir con una llamada telefónica para intentar detener los nuevos actos de violencia, mientras que el secretario de Estado, Marco Rubio, invitó a ambas partes a respetar los compromisos adquiridos en Kuala Lumpur y a retirar las armas pesadas de la frontera.
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