El Papa a croatas: En un mundo desgarrado por la guerra, sean fermento de paz
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano
«Alabado sea Jesús y María, Hvaljen Isus i Marija». León XIV da la bienvenida en su propio idioma a los más de 10.000 croatas reunidos esta tarde, 7 de octubre, en la Plaza de San Pedro, que recientemente llegaron a Roma para la peregrinación nacional con motivo del Año Santo. El Papa, recién regresado de Castel Gandolfo, dirigió un breve discurso a los fieles, para quienes a continuación monseñor Dražen Kutleša, arzobispo de Zagreb, celebró una Misa, con la participación de varios obispos y sacerdotes. Antes de llegar a la Basílica Vaticana, León recorrió la plaza en el papamóvil, intercambiando saludos y sonrisas, deteniéndose ocasionalmente para bendecir a los niños y recogiendo bufandas, banderas y fulares arrojados en homenaje.
Una fe viva transmitida a través de los siglos
Aclamado por un largo y atronador aplauso nada más subir al escenario, el Papa destacó que la presencia de numerosos peregrinos es un signo elocuente de la vitalidad de la fe del pueblo croata, que a lo largo de los siglos se ha mantenido firme en la comunión con la Iglesia y fiel al Sucesor del Apóstol Pedro. Este testimonio lo dan hoy familias, comunidades parroquiales y asociaciones.
“La tradición heredada de sus antepasados es un tesoro precioso, que custodian con esmero y están llamados a renovar continuamente, siempre abiertos a reconocer la inspiración del Espíritu Santo. Les agradezco de corazón esta fidelidad vivida en la vida cotidiana”.
Compartir la fe con las nuevas generaciones
Croacia, un pueblo ligado a sus raíces cristianas, sigue dando testimonio de su amor a Cristo y a su Iglesia, aunque muchos se encuentren en diferentes partes del mundo, alejados de su patria por el trabajo, el estudio u otras necesidades, observa el Papa, quien invita a los peregrinos a alimentar su fe.
“Los animo a mantener siempre la mirada fija en Jesús, el Buen Pastor, que los guía y acompaña, y a dejarse guiar por Él con confianza y docilidad. No olviden que la fe crece y se fortalece cuando se comparte: por eso, los invito a transmitir con alegría a sus hijos y a las nuevas generaciones los valores cristianos que han forjado su larga historia y su cultura. De esta manera, seguirán siendo un fermento de paz, bondad y esperanza en un mundo desgarrado por la violencia y la guerra, algo que ustedes también conocen por su historia”.
Finalmente, León XIV invoca la bendición divina sobre todos y ruega a María, la Advocata fidelissima Croatiae, que proteja a los croatas y los acompañe en su camino diario. Antes de partir, el Pontífice saluda personalmente al episcopado, sacerdotes, monjas y laicos de la Iglesia croata. A continuación, se acercó a dos mujeres en sillas de ruedas para bendecirlas, entre aplausos. Luego, dejó la Plaza de San Pedro en su jeep blanco.
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