León XIV: Duka, "intrépido proclamador del Evangelio" durante la persecución

Vatican News

Un pastor «forjado en la fe y un intrépido proclamador del Evangelio», capaz de una «intensa labor pastoral», llevada a cabo con valentía «durante un período de persecución, cuando, privado de su libertad, no vaciló en su compromiso con Cristo y la Iglesia», y en guiar al pueblo de Dios, con corazón de padre, «promoviendo la reconciliación, la libertad religiosa y el diálogo entre la fe y la sociedad». Así, en un telegrama dirigido al arzobispo metropolitano de Praga, Jan Graubner, el Papa León XIV recordó la figura y el servicio a la Iglesia del cardenal dominico Dominik Duka, arzobispo metropolitano emérito de la capital checa, quien falleció el 4 de noviembre a los 82 años. El funeral se celebrará el 15 de noviembre en la catedral de Praga.

Un ministerio fundado "en el carisma dominicano de verdad y caridad"

En su mensaje, el Papa expresó su cercanía a la comunidad eclesial de Praga, a sus hermanos de la Orden de Predicadores, a los sacerdotes, religiosos y fieles que lo apreciaron como pastor entre 2010 y 2022. El ministerio episcopal de Duka, ejercido primero en Hradec Králové, su ciudad natal, desde 1998, y luego también en Litoměřice, como administrador apostólico, se fundó en el carisma dominicano de verdad y caridad, subrayó León XIV, como también nos recuerda su lema, « In spiritu veritatis », y sigue siendo un ejemplo de fiel dedicación a la misión. Antes de impartir su bendición apostólica, León XIV encomienda a la divina misericordia el alma de este buen y generoso siervo, rogando que el Señor lo acoja en la alegría de su reino.

Condenado a 15 meses de prisión en 1981

En su telegrama de condolencia, el Papa se refirió a la valiente misión del padre Dominik como sacerdote y religioso dominico. El régimen comunista le había impedido vivir abiertamente su consagración desde 1975 y lo obligó a trabajar durante quince años como dibujante en una fábrica de automóviles. A pesar de esto, y de los quince meses de prisión a los que fue condenado en 1981, el futuro cardenal Duka logró colaborar clandestinamente con los dominicos, arriesgando su libertad.