La semana del Papa León XIV
Patricia Ynestroza - Ciudad del Vaticano
Desde la residencia papal en Castel Gandolfo, León XIV ofreció una detallada explicación de su reciente reunión con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy. El encuentro se centró en la guerra, las posibilidades de una solución diplomática y la necesidad de mantener todos los canales de diálogo abiertos.
Uno de los puntos más sensibles fue la situación de los niños ucranianos secuestrados y los prisioneros de guerra. El Papa aseguró que la Santa Sede trabaja “de manera discreta pero constante” para facilitar la repatriación de menores y la liberación de detenidos. Reafirmó además que la Santa Sede está lista para mediar en negociaciones de paz, aunque lamentó que esta oferta todavía no haya sido aceptada formalmente por las partes.
Respecto al plan de paz propuesto recientemente por Donald Trump, el Pontífice admitió no haberlo leído en su totalidad, pero expresó preocupación por declaraciones que podrían afectar la histórica alianza entre Europa y Estados Unidos. Subrayó que Europa debe tener un papel central en cualquier proceso de paz, ya que el conflicto ocurre en su propio territorio.
Llamado urgente ante la violencia en el sudeste asiático
Tras la Audiencia General, el Papa expresó su profunda tristeza por los enfrentamientos entre Tailandia y Camboya, que han provocado víctimas civiles y más de 500.000 desplazados. Pidió a ambas partes un alto el fuego inmediato y el regreso a la mesa de diálogo.
Además, León XIV ordenó el envío de ayuda de emergencia a varios países del sur y sudeste asiático afectados por inundaciones y ciclones, que dejaron casi 1.800 muertos y más de mil desaparecidos. “Rezo por las víctimas y pido solidaridad internacional para quienes están en extrema necesidad”, afirmó.
Diplomacia de la palabra y defensa de los derechos humanos
El Papa recibió a trece nuevos embajadores ante la Santa Sede, a quienes instó a trabajar por una “paz desarmada”, basada en la renuncia al orgullo y al uso agresivo del lenguaje. Aseguró que la Santa Sede “no callará frente a las injusticias ni las violaciones de derechos humanos”, reafirmando así su compromiso con la ética diplomática y la dignidad universal.
También se reunió con el grupo Conservadores y Reformistas Europeos, ante quienes destacó la importancia de las raíces judeocristianas del continente, el diálogo entre culturas y la defensa de la persona humana. Propuso a Santo Tomás Moro como modelo de servicio político íntegro.
La inteligencia artificial al servicio del bien común
En una conferencia internacional sobre inteligencia artificial, León XIV advirtió que este tipo de tecnologías transforman profundamente la sociedad y deben orientarse al bien común, no al poder. “Debemos proteger lo que define la dignidad humana: la libertad, el amor, la relación auténtica”, señaló.
A cardiólogos reunidos en Roma, el Papa recordó que la medicina no es solo ciencia, sino un “servicio a la vida”. Los exhortó a garantizar que los avances médicos lleguen también a los más vulnerables y no se conviertan en privilegios de unos pocos.
Fiesta de la Inmaculada Concepción
En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, León XIV resaltó que María fue preservada del pecado original para ser madre de Jesús y que su “sí” al ángel es un modelo de fe y entrega. Explicó que este milagro se renueva en los cristianos mediante el Bautismo, que los hace hijos de Dios y llamados a transformar el mundo.
Como es tradición, el Papa acudió a la Plaza de España para rendir homenaje a la Virgen con flores y oraciones. Allí pidió a María que “renueve la esperanza, proteja a la humanidad y acompañe a la Iglesia en su misión”, guiando a todos hacia la paz y la reconciliación.
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