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2025.10.08 Agustinas Recoletas México

“Con un solo corazón hacia Dios”: Agustinas Recoletas en el Jubileo

Desde México hasta Roma, las hermanas Guadalupe Ortiz y María Luisa Zapata Teyas participan en el Jubileo de la Vida Consagrada con gratitud y esperanza. Con espíritu agustiniano, invitan a los jóvenes a buscar la voz de Dios en su interior y a redescubrir la alegría de una vida en amistad con Cristo.

Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano

En el marco del Jubileo de la Vida Consagrada que se celebra esta semana en Roma, dos religiosas de la Provincia San Nicolás de Tolentino de las Agustinas Recoletas, la hermana Guadalupe Ortiz y la hermana María Luisa Zapata Teyas, expresan su entusiasmo por participar en un acontecimiento que consideran “un regalo de gracia y de bendición para toda la Iglesia y para nuestra orden”.

“Llegamos con el corazón lleno de gratitud —afirman— porque este Jubileo es una oportunidad para renovar nuestra entrega a Dios y para testimoniar que Él sigue llamando hoy, en medio del mundo, a vivir una vida consagrada al amor”.

Desde su fundación, las Agustinas Recoletas cultivan una espiritualidad centrada en la oración y en la vida comunitaria, inspiradas por san Agustín. En Roma, junto con representantes de distintas comunidades, viven con intensidad estos días de celebración y comunión. “Estamos aquí —dice la hermana Zapata— para dar testimonio de nuestra fe católica y mostrar la alegría de seguir a Cristo con un solo corazón y una sola alma dirigidos hacia Dios”.

Uno de los temas que más preocupa y apasiona a las hermanas es la vocación de los jóvenes. Respecto de la necesidad de más vocaciones en América Latina, aseguran que “eso empieza con una escucha profunda: los jóvenes deben mirar dentro de sí, descubrir la voz de Dios que los llama y seguir ese camino con valentía”.


El Papa León XIV, religioso agustino, es para ellas una inspiración cercana. “Vivimos su pontificado con emoción, porque comparte nuestra espiritualidad. Sus palabras nos recuerdan la enseñanza de san Agustín: que antes de todo somos bautizados y caminamos juntos hacia Dios como hermanos”, destacan.

Las religiosas subrayan también la importancia del Santo Rosario, especialmente en este mes dedicado a la Virgen. “Nuestra comunidad lo reza cada día, como mandan nuestras constituciones, y cuando la Iglesia lo pide con más insistencia, intensificamos esa oración. Enseñamos a quienes se acercan a nosotras a meditar la Palabra de Dios mientras oran. Es una escuela de fe y de paz”, explican.

Antes de despedirse, las hermanas lanzan una invitación abierta: “Vivamos este Año Santo con alegría y no desperdiciemos la gracia del Jubileo. Recemos, ofrezcamos indulgencias y demos testimonio de nuestra fe con gozo. Dios sigue obrando maravillas en quienes lo buscan con sinceridad”.

En Roma, su testimonio —humilde, sereno y luminoso— resume el espíritu del Jubileo: una vida entregada a Dios que se hace signo de esperanza para el mundo.

El Jubileo de la Vida Consagrada comenzó este miércoles 8 de octubre con los peregrinajes a las Puertas Santas y continuará hasta el domingo 12, con un intenso programa de encuentros y celebraciones. Esta tarde tendrá lugar una vigilia de oración en la Basílica Vaticana, presidida por el cardenal salesiano Ángel Fernández Artime, mientras que mañana por la mañana el Papa León XIV celebrará la misa en la Plaza de San Pedro. Se espera la participación de más de 16 mil consagrados y consagradas, miembros de institutos religiosos, seculares y del Ordo virginum, procedentes de un centenar de países.

La hermana Simona Brambilla, prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, explicó que los consagrados “sienten el llamado del yobel, el cuerno de carnero que en la tradición hebrea anuncia el inicio del Año Santo”. “Es una imagen hermosa para nosotros —dijo—, porque el cuerno es un instrumento vacío que se deja llenar por un soplo, un soplo que produce una melodía. Y aquí estamos, como tantos instrumentos diferentes, unidos en una misma orquesta para alimentar juntos una sinfonía: la diversidad y la unidad de una misma armonía”.

Peregrinación a la Puerta Santa de la Basílica vaticana
08 octubre 2025