"Sobre el cielo gris, siempre sale el sol"
Yamile López - Ciudad del Vaticano
Aunque el otoño desde hace unas semanas acompaña el día a día de las personas en la capital italiana, han sido relativamente pocos los días lluviosos. Justo una de esas jornadas coincidió con uno de los días de mayor asistencia de fieles a la Plaza de San Pedro, como lo son las audiencias del Papa León XIV; un momento festivo para todos los peregrinos que saben que, sobre el cielo gris, siempre sale el sol.
“Lo que habló el Papa hoy fue importante fue muy nutritivo, y por ejemplo hoy es un día lluvioso acá en El Vaticano y creo que nos da para una analogía muy interesante porque las tristezas y las emociones más densas nos ayudan después a ver la alegría en las mínimas cosas”, expresó María José Quijada, una joven venezolana que se encontraba en Roma en compañía de su mejor amiga, cumpliendo un sueño.
Las palabras de esta joven son una muestra de como la catequesis del Papa es recibida por cada persona desde su realidad, toca y remueve esos pensamientos o las ideas profundas que se vuelven preocupación, una de ellas la salud mental. Así lo comentó, Teresa de Armas, una cubana residente en Estados Unidos cuyo corazón de madre le hace quebrar la voz.
En estas situaciones de fragilidad, cuando más difícil es encontrar la serenidad para quitar las sombras, el Papa León XIV insistió sobre el gran suceso que es la Resurrección de Cristo, “Pidamos al Señor que sepamos reconocer su presencia en el camino de nuestra vida, especialmente en los momentos de tristeza y oscuridad y que la alegría de la Pascua sea el distintivo de nuestro compromiso misionero”.
María José ha aprendido a sobrellevar las dificultades actuales de su país y ha descubierto el gozo en las pequeñas cosas: la familia unida, un abrazo, en la compañía de su mejor amiga y en esas ocasiones especiales que regresan a su memoria. “Dios está conmigo en todo momento… en los momentos alegres se los agradezco y en los tristes le agradezco el doble, porque la sensación de sentir de que él nunca me va a dejar sola siempre me acompaña”, dice.
Por eso, este jubileo es un camino de esperanza y de renovación en el que “hay que buscar la luz y enfocarse en lo positivo, en las cosas buenas y no en las cosas malas que oímos en las noticias, y esto es una prueba, cuanta gente de todas partes del mundo hacen el esfuerzo para venir aquí a tocar la luz, a llenarse de esperanza”, comenta Teresa.
Reconocer la Resurrección significa cambiar la mirada sobre el mundo, volver a la luz para reconocer la Verdad que nos ha salvado y nos salva, compartía el Santo Padre en su catequesis y para ello la mejor herramienta es la oración; una reflexión que María José retomó para todos los jóvenes: “Que no dejen de orar, que oren en todo momento, que tengan fe inquebrantable, en que todo siempre va a salir bien, en que Dios nunca nos abandona y está con nosotros en todo momento…”
