De Mendonça: Suter y su lazo con la naturaleza
Eugenio Murrali – Ciudad del Vaticano
“La valiente visión artística de Vivian Suter revierte y transforma las categorías dominantes, adormecidas por la costumbre”, afirmó el cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, al inaugurar en el Jardín Botánico de Roma la muestra de la artista.
“Su obra —añadió el prefecto— nos recuerda que el lazo que nos une a la naturaleza es indisoluble: constituye el fundamento mismo de nuestro estar en el mundo. Es un vínculo que no podemos traicionar sin traicionarnos a nosotros mismos”.
El trabajo de Suter tiene, de hecho, una característica esencial: se realiza en colaboración con la naturaleza, que se convierte así en coautora. Este aspecto quedó patente tanto en las intervenciones de la inauguración —presentada por la rectora de la Universidad Sapienza de Roma, Antonella Polimeni— como en el diálogo entre la curadora Cristiana Perrella y la propia artista, además de reflejarse en las obras expuestas en la Serra Monumentale y en el espacio de Conciliazione 5.
La naturaleza como coautora
El Jardín Botánico de Roma, uno de los museos de la Universidad Sapienza, es —como destacó la rectora— un ejemplo tangible de osmosis, biodiversidad y convivencia de las diferencias. Un contexto perfecto, esta especie de oasis urbano, para acoger en sintonía con el espacio Conciliazione 5 una parte de la muestra de Suter.
En su conversación con Perrella, la artista relató cómo surgió en ella la idea de pintar junto con la naturaleza. Suter trabaja en un estudio instalado en una antigua plantación de café, al borde de la selva tropical guatemalteca. Un día, un huracán violento y devastador azotó la región. El barro cubrió varias de sus obras. Pero cuando se secó, Suter comprendió que aquellas huellas eran valiosas.
Dejar espacio a los elementos
A partir de aquel suceso —que marcó un punto de inflexión en su arte—, Suter dejó de ejercer un control total sobre sus obras, que antes realizaba en interiores. Desde entonces, permite que el aire, la lluvia, la tierra, la humedad, las huellas de perros, los rastros de plantas y animales, e incluso los sonidos intervengan sobre los lienzos y se mezclen con sus enérgicas pinceladas, colores vivos y formas abstractas.
“Vivian, con su trabajo —afirmó Perrella—, pero también con la forma en que ha elegido vivir, nos recuerda que somos parte del entorno”.
Un mundo interconectado
Instaladas de manera inmersiva, evocando la exuberancia visual del entorno tropical donde nacen, las obras de Suter afirman que los seres humanos forman parte de un mundo más amplio e interconectado. Transmitiendo una profunda sensibilidad ecológica, invitan a “cuidar nuestra casa común”, como escribió el Papa Francisco en Laudato si’, y a tomar en serio la idea de la “deuda ecológica” mencionada en la Bula de Indicción del Año Santo, Spes non confundit, pues “el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de modo especial a los más vulnerables del planeta”, concepto retomado por el papa León XIV en la exhortación apostólica Dilexi Te.
Las instalaciones en Conciliazione 5 podrán visitarse hasta el 4 de diciembre, mientras que las obras de la Serra Monumentale del Jardín Botánico de Roma permanecerán expuestas hasta el 14 de diciembre de 2025. El programa 2025 de Conciliazione 5 concluirá en diciembre con una última intervención a cargo de un artista internacional, que completará esta reflexión sobre los grandes temas de nuestro tiempo desde la mirada del arte.
El programa de Conciliazione 5
Tras Yan Pei-Ming, quien trabajó sobre la realidad carcelaria en diálogo con la comunidad penitenciaria de Regina Coeli, y Adrian Paci, que centró su investigación en el poder transformador del viaje, Vivian Suter aborda ahora el tema del medioambiente y la relación del ser humano con la naturaleza.
El programa 2025 de Conciliazione 5, comisariado por Cristiana Perrella en su primer año de actividad, asume el desafío planteado por el Jubileo enfrentando cuestiones actuales y de gran impacto social: la prisión, la migración, el medioambiente y la pobreza. En cada cita, el artista invitado trabaja tanto en el espacio de Via della Conciliazione —una "window gallery" visible las 24 horas— como en un lugar cercano de la ciudad, distinto cada vez y vinculado al tema tratado, dando así vida a un proyecto artístico extendido más allá de los límites de la Ciudad del Vaticano.
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