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El Papa Juan Pablo II en la misa de inicio de su pontificado, el 22 de octubre de 1978 El Papa Juan Pablo II en la misa de inicio de su pontificado, el 22 de octubre de 1978 

La actualidad del Papa Wojtyła en su llamamiento "Abran las puertas a Cristo"

En el día en que se celebra la memoria litúrgica de san Juan Pablo II, el arzobispo emérito de Cracovia, el cardenal Stanislao Dziwisz, que fue su secretario personal, se detiene en la exhortación más recordada del Pontífice polaco, la del 22 de octubre de 1978, con ocasión de la Misa de inicio de pontificado. "En el mundo -dice el cardenal- hay muchos miedos e incertidumbres. El santo Papa ha mostrado la salida: confiar el destino del mundo y de la humanidad a Jesucristo".

Eugenio Bonanata - Ciudad del Vaticano

Las palabras con las que el cardenal Stanislao Dziwisz, arzobispo emérito de Cracovia, recuerda la figura de san Juan Pablo II, en el día en que la Iglesia celebra su memoria litúrgica, calientan el corazón. "Escuchaba la voz de Dios en la oración", dice el cardenal, antiguo secretario personal del Pontífice polaco, en una entrevista concedida a Radio Vaticano-Vatican News, al hablar de la rutina diaria y del fundamento espiritual que había detrás de cada decisión del amado Pontífice. ¿Uno de los momentos clave? Sin duda el 22 de octubre de hace cuarenta y siete años, cuando durante la Misa de inicio de pontificado el Papa Wojtyła exclamó: '¡No tengan miedo! ¡Abran las puertas a Cristo!". Para el cardenal, estas son las palabras más recordadas por toda la Iglesia y constituyen una exhortación que sigue siendo actual, en un mundo marcado por las incertidumbres y los miedos. "El santo Papa", afirma Dziwisz, "ha mostrado la salida: debemos confiar el destino del mundo y de la humanidad a Jesucristo".

Repasar los 27 años de pontificado de san Juan Pablo II no es fácil. ¿Qué es lo que más le gusta recordar?

Tengo en la memoria y en el corazón innumerables momentos, encuentros, personas y acontecimientos relacionados con el largo pontificado de san Juan Pablo II. Se refieren a su ministerio cotidiano en el Vaticano, pero también a los ciento cuatro viajes apostólicos internacionales, a las casi ciento cincuenta visitas a diócesis y ciudades italianas y a trescientas parroquias romanas. El Santo Padre publicó encíclicas y exhortaciones apostólicas una tras otra, convocó los Sínodos de los Obispos, pronunció catequesis durante las audiencias generales semanales, vivió con la Iglesia el Gran Jubileo del año 2000. En medio de un ministerio extremadamente intenso, llevando sobre sus hombros el enorme peso de los problemas de la Iglesia y del mundo, permaneció siempre sereno, inmerso en la oración. Fue así hasta el final, aunque, como sabemos, los últimos años de su vida estuvieron marcados por la enfermedad.

El P. Estanislao Dziwisz con el Papa Juan Pablo II en las Dolomitas
El P. Estanislao Dziwisz con el Papa Juan Pablo II en las Dolomitas   (@Vatican_Media)

Usted ha vivido siempre a su lado, como su secretario personal. ¿Alguna vez san Juan Pablo II le pidió ayuda y consejo?

Serví al lado de Karol Wojtyła - Juan Pablo II durante casi cuarenta años. Compartí con él alegrías y penas, preocupaciones y esperanzas. Como Obispo metropolitano de Cracovia y después como Papa, a San Juan Pablo II le gustaba rodearse de gente, escuchar sus voces, sus consejos y sus propuestas. Pero sobre todo escuchaba la voz de Dios en la oración. Esto constituía la base de su discernimiento espiritual antes de tomar una decisión. Yo le ayudaba en los asuntos cotidianos y, cuando me pedía algo, compartía con él mis conocimientos.

¿Qué significa para usted haber vivido al lado de un santo?

Desde el principio me di cuenta de que estaba sirviendo al lado de un hombre extraordinario y, con el paso de los años, siendo testigo de su oración diaria y de su trabajo por la Iglesia, me di cuenta de que este hombre vivía en profunda unión con Dios. Juan Pablo II era un místico, y su misticismo se expresaba en su incansable servicio a la Iglesia y al mundo. Vivir y trabajar junto a un hombre así fue y es para mí el mayor privilegio y un gran regalo de la vida.

El P. Estanislao (derecha) con San Juan Pablo II durante un viaje apostólico
El P. Estanislao (derecha) con San Juan Pablo II durante un viaje apostólico   (@Vatican_Media)

San Juan Pablo II ha sido llamado el Papa de los récords. Tomando como referencia las canonizaciones del pasado domingo, hay que recordar que Juan Pablo II ha elevado a los honores de los altares a un número de beatos y santos que nadie más ha alcanzado. A quienes le preguntaban por qué había tantos nuevos santos, respondía: "no somos nosotros quienes los hacemos, sino que nos los trae la providencia"...

Sí, los santos son un don para toda la Iglesia como testigos excepcionales de Jesucristo. Son un ejemplo vivo y concreto de cómo se puede vivir según el Evangelio en tiempos y circunstancias diferentes, en todos los estados de vida: sacerdotal, consagrada, matrimonial y familiar. Juan Pablo II tenía gran interés en mostrar al pueblo de Dios diversos ejemplos de santidad de todos los continentes, de diferentes naciones y culturas, no sólo en la antigüedad, sino también en el mundo actual.

San Juan Pablo II tenía una relación especial con los jóvenes. ¿Cuál era su punto fuerte en el diálogo con ellos, a los que llamaba los cristianos del futuro?

Los jóvenes siempre han ocupado un lugar especial en la misión pastoral de Karol Wojtyła -como sacerdote, luego obispo y cardenal, y finalmente como Papa- pastor de toda la Iglesia. Su fuerza en el diálogo con los jóvenes era que era auténtico, transparente. Proponía a los jóvenes lo que él mismo vivía. No les proponía una vida fácil. Era exigente con ellos, porque ante todo era exigente consigo mismo. Recordamos el entusiasmo que suscitó entre los participantes en las Jornadas Mundiales de la Juventud, de las que fue iniciador. Estas Jornadas son una de las mejores iniciativas pastorales de la Iglesia contemporánea. También lo hemos experimentado durante los pontificados de Benedicto XVI, Francisco y, recientemente, a principios de agosto de este año, durante el Jubileo de los Jóvenes y su encuentro con el Papa León XIV en Tor Vergata.

¿Cuál es la relevancia de Juan Pablo II?

Es interesante constatar que las palabras de Juan Pablo II que más se recuerdan en la Iglesia son las pronunciadas durante la inauguración de su pontificado, hace cuarenta y siete años, precisamente el 22 de octubre: "¡No tengan miedo! Abran las puertas a Cristo". En el mundo de hoy hay tantos miedos e incertidumbres. El Santo Papa mostró la salida: debemos confiar el destino del mundo y de la humanidad a Jesucristo, debemos fiarnos de Él, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna. Estas palabras y este camino siguen siendo actuales.

  El Cardenal Stanislao Dziwisz ante la tumba de San Juan Pablo II en la Basílica Vaticana
El Cardenal Stanislao Dziwisz ante la tumba de San Juan Pablo II en la Basílica Vaticana   (@Vatican Media)

 

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23 octubre 2025, 11:48